13Ago
Para pensar
13/08/2022 - Salvador Di Stefano
Atraso cambiario al palo
El tipo de cambio mayorista está atrasado, aumentó la mitad que la inflación. No sirve aumentar el tipo de cambio sin buscar equilibrio fiscal. Tampoco sirve atrasar el tipo de cambio y tener déficit fiscal. El gobierno está en una trampa y no encuentra salida.
La inflación alcanzó un nivel
record del 71,0% anual, pero pocos hablan de que, siguiendo en este camino, en
los próximos 60 días tendremos una inflación del 80,0% anual y esta suba de
tasas al 69,5% quedará en el olvido para ubicarse en torno del 80% anual, o en
niveles más elevados dado el crítico escenario económico y la posibilidad de
llegar a una inflación de 3 dígitos.
Mientras las miradas se posan
sobre los precios, hemos tratado de observar qué sucede con la evolución del
tipo de cambio oficial, en donde el Banco Central tiene una mirada mezquina, ya
que este indicador sube por la escalera, mientras que la inflación lo hace por
el ascensor.
El dólar mayorista (el que se toma como referencia para liquidar exportaciones e importaciones) subió en el último año casi la mitad que la inflación, ya que aumentó el 35,7%. Esto implica que la inflación en dólares se ubica en el 35,3%, cifra récord para la serie analizada.
En la medida que la inflación
aumente el doble que el tipo de cambio mayorista será muy difícil que se
activen las exportaciones y resulta comprensible que se potencien las importaciones.
Ya sabemos que las importaciones no podrán crecer porque el propio Estado
limita el ingreso de mercadería del exterior, algo que termina afectando el
crecimiento del país.
Si observamos la evolución de la inflación y el tipo de cambio en los últimos meses, hemos visto cómo la inflación tomó una dinámica ascendente desde el mes de febrero de 2022 en adelante, mientras que el tipo de cambio oficial mostró una aceleración desde diciembre de 2021 en adelante. No obstante, parte desde niveles tan bajos que no logra neutralizar el aumento de precios.
El gobierno cree que si aumenta el tipo de cambio potencia los niveles de inflación, por ende, trata de utilizarlo como ancla antiinflacionaria y lo aumenta por debajo de la inflación esperada. Por otro lado, el Estado entre agosto y septiembre tiene que realizar erogaciones muy importantes de dólares al comprar barcos regasificadores para abastecer de gas al mercado interno. Se habla de erogaciones por U$S 2.400 millones, si el Banco Central devaluaría el peso, a la Tesorería se le haría más engorroso conseguir los pesos para pagar los barcos. Se especula que después de septiembre la política cambiaria podría tomar otro rumbo.
Conclusiones
Atrasar el tipo de cambio
frente a la inflación es suicida, el gobierno debería tener en cuenta que
muchos productos que se exportan tienen altas retenciones, con lo cual al
atraso general habría que sumarle los derechos de exportaciones que se cobran y
afectan los precios de los productos que se comercializan con el exterior.
El índice de tipo de cambio
multilateral mide la competitividad del peso argentino con la media de los
países con quienes tenés comercio en el exterior. Si medimos la serie desde el
año 1997 a la fecha, el tipo de cambio medio se ubica en torno de $ 164,25, aproximadamente
unos $ 30 más elevado que el precio del tipo de cambio actual, sin embargo,
habría que tener en cuenta la enorme cantidad de productos que por estar
afectados por los derechos de exportación tienen tipos de cambios más bajos,
por ejemplo, la soja con derechos de exportación del 33% tiene un dólar de $ 88
al 29 de julio pasado.
. - En el gráfico podemos
notar que el tipo de cambio que era $ 4,00 en el año 2002, a los valores
actuales representa $ 279,84 que es un precio muy similar al dólar MEP o
Contado Con Liquidación en el mercado local.
. - Si el gobierno devaluara
el tipo de cambio oficial, no creemos que esto implicaría una suba de los
dólares alternativos, todo lo contrario, creemos que se achicaría la brecha. El
gobierno debería devaluar, subir la tasa de interés, reducir el déficit fiscal
y dejar de emitir dinero.
En resumen, la devaluación del
tipo de cambio oficial podría ser la solución a muchos problemas, ya que
alentaría mayores exportaciones, desalentaría importaciones y se podrían
incrementar reservas. La suba del tipo de cambio es una condición necesaria
pero no suficiente, debería ser acompañada por una reducción del déficit
fiscal, con miras a dejarlo en equilibrio, ya que el virus de todos los males
es el déficit y los daños colaterales es la competitividad argentina, producto
de utilizar el tipo de cambio como ancla para controlar los precios y no como
una herramienta para acompañar a los sectores productivos a ser más
competitivos, generar más empleo e incrementar la actividad económica.