
04Feb
Me gusta el campo
04/02/2024 - Ignacio Iriarte
La faena de bovinos caería un millón de cabezas
Una oferta limitada mantiene
altos los precios reales de la hacienda. A la baja ya observada en meses
anteriores en la oferta de vacas y de novillos, ahora se agrega la caída en la
faena de vaquillonas y, especialmente, de novillitos.
El feedlot ya
ha comenzado a ofrecer menos. Una faena en descenso, una exportación liberada y
un consumo que se resiste a bajar de los 48-50 kilos per capita anuales,
determinan precios reales que son iguales a los valores récords que se
alcanzaron a mediados de 2022. Por el casi congelamiento del dólar, hay una
desaceleración de la suba de los precios de insumos ganaderos.
Las pérdidas ocasionadas por
la seca 2022/2023 serían bastante menores a lo esperado. De acuerdo con los
datos que se van conociendo de la segunda campaña de vacunación 2023, y ya
cerca de cerrar el registro definitivo, la caída en el número de terneros al
pie de la madre en octubre-diciembre de 2023 sería de sólo 3,5%.
Habría unos 540 mil terneros
menos que en la primavera del 2022, por lo que la zafra de 2024 podría alcanzar
los 15 millones de crías, registro muy parecido al de los años 2022, 2018 y
2019, y superior a la de los años 2013/2015, cuando se destetaban en promedio
unos 14 millones de terneros anuales.
Hay una tendencia de largo
plazo a mejorar los índices de la cría, actividad que con la seca ha pasado
airosa una dura prueba.
De acuerdo con los datos
preliminares de la vacunación, el número de terneros habría caído sólo 1% en La
Pampa, 2,5% en Entre Ríos, 3,5% en Santa Fe, 3,8% en Buenos Aires, 5% en
Córdoba y 6,5% en Corrientes.
El número de vaquillonas a
nivel nacional habría caído 5% y el stock de novillos y de
novillitos se habría reducido entre 4% y 5%.
Si bien no se inocularon las
categorías “mayores” (vacas y toros), puede calcularse que el stock ganadero
total habría disminuido entre fines de 2022 y fines de 2023 en unos dos
millones de cabezas.
La mayor parte de los
veterinarios y extensionistas que hemos consultado interpretan que la mayoría
de las vacas entraron al servicio 2022 en buen estado corporal y llegaron a
preñarse antes de que se manifestaran los peores efectos de la seca.
“Mucha gente les dio de
comer a las vacas, y vemos que la mayoría de los establecimientos grandes, con
la carga y la alimentación adecuadas, tuvieron caídas en la preñez muy
reducidas en relación con el año anterior. Después de muchos años de selección
por fertilidad y mejora genética en los rodeos de cría, con un fenómeno tan
adverso como la seca –que en muchos distritos fue la peor en 70 a 100 años–, se
puede decir que la adaptación al medio de la mayoría de los rodeos de cría es
muy alta”, aseguran.
Un extensionista nos dice
que si bien se desconoce en qué magnitud se ha reducido el stock de
vacas, debe observarse que en los meses posteriores al servicio, en
febrero-julio del 2023, salieron de los campos de cría muchas vacas viejas,
vacías o en mal estado corporal.
Durante todo 2023, la tasa
de extracción de la categoría vacas se ubicó bien por arriba de los niveles de
equilibrio.
En 2024, a causa de la finalización
de la fase de liquidación, por la faena adelantada de algunas categorías y por
los menores destetes que se esperan, la faena de ganado vacuno podría caer
hasta en un millón de cabezas, constituyéndose esta matanza –pese a la baja– en
el segundo registro más alto (después de 2023) de la última década.
La sensible mejora
registrada en los índices reproductivos de los rodeos de cría permite augurar
para los próximos años faenas de equilibrio más altas.