17Ago
Informes de Salvador Di Stefano
17/08/2022 - Salvador Di Stefano
Argentina: Es un problema de difícil solución
El gobierno se subió al
Delorean y desde el futuro trae ingresos fiscales al presente, a futuro faltarán
fondos o se redoblará la apuesta. El déficit intertemporal se profundiza, la
solución está muy lejos.
En los países desarrollados o
con políticas macroeconómicas serías, la suba de la tasa de interés es una
variable a considerar. Cuando un Banco Central sube la tasa de interés genera
una preferencia en los consumidores por el ahorro, ya que, si hoy realizan una
colocación a plazo fijo, a futuro podrán comprar más bienes en la economía.
Por el lado de las empresas,
una suba de tasas de interés genera una preferencia a manejarse con capital
propio, desestimar el financiamiento, y liquidar los stocks. Esto produce un
efecto de pinza, por un lado, hay menos dinero en la calle, y por otro una
oferta creciente de bienes y servicios.
En Argentina, la inflación
sube por el ascensor y la tasa de interés por la escalera. Nadie coloca sus
excedentes en pesos a plazo fijo, ya que la tasa que ofrecen los bancos es
inferior a la tasa de inflación esperada. Por otro lado, los empresarios se
siguen financiando con préstamos, ya que las tasas activas son inferiores a la
evolución futura de la inflación.
Por ejemplo, cuando una
empresa toma un crédito a una tasa del 70% anual, que luce elevado, sabe de
antemano que un 30% de lo que termina erogando en interés se compensa con un menor
pago de impuesto a las ganancias. El interés pagado por el financiamiento va a
perdida en el Estado de Resultado, y esto hace que la ganancia de la compañía
sea menor, lo que afecta la base imponible del impuesto a las ganancias. De
esta forma, la tasa neta del impuesto a las ganancias es el 49,0% anual.
Si la inflación esperada a 12
meses es del 100% anual, y la tasa de interés neta de impuesto a las ganancias
es del 49,0%, es mejor no vender el stock de mercadería y financiarse en el
mercado.
El Banco Central sigue teniendo una actitud timorata con la tasa de interés, ya que vive comparando tasa de interés presente versus tasa de inflación de los últimos 12 meses. No hace una proyección de tasa de inflación futuro versus tasa de interés presente.
El resultado fiscal como determinante de buenas practicas
Resulta muy importante para
los agentes económicos ver qué sucede con el déficit fiscal. El gobierno busca
reducir el déficit fiscal adelantando impuestos. Esto implica viajar al futuro
y trae la recaudación de impuestos al presente. Es como volver del futuro al
presente con el DeLorean que es el auto de la famosa película volver al futuro.
En este caso es Volver al Futuro 3 porque Sergio Massa es el tercer ministro de
esta saga.
Con Martin Guzmán el gobierno les
pedía a los exportadores que le adelantaran las retenciones de la campaña de
trigo 2023, este trigo no se cosecho y los exportadores ya le adelantaron retenciones
por el equivalente de 8,8 millones de toneladas.
Esto que parece muy loco ya
logró ser superado por otra ocurrencia, que comenzó con Martin Guzmán, continuo
con Silvina Batakis y se profundiza con Sergio Massa. El gobierno solicita a
los exportadores que le adelanten las retenciones de la campaña de maíz
2022/23, en este caso llevan adelantados unos 6,7 millones de toneladas, la
particularidad es que el maíz ni siquiera se sembró.
El último dato interesante,
pero no menos sorprendente que el anterior, es que el gobierno les ha pedido a
las empresas con utilidades superiores a los $ 100 millones, un adelanto
extraordinario del impuesto a las ganancias, sin saber aún si las empresas
ganaran ese dinero en el año 2022, y que tributaran en el año 2023.
El gobierno encontró una forma
muy particular de nivelar las cuentas públicas, consiste en cubrir el déficit
con impuestos que se devengaran a futuro, pero que solicita que se liquiden en
el presente.
Es similar a cuando un
empleado pide un vale en la empresa, solicita tantos vales, que cuando a fin de
mes va a cobrar se encuentra con que no le liquidaran nada porque el salario lo
consumió en forma anticipada. Como corresponde, la culpa será del empresario.
El gobierno se quedó sin posibilidad
de financiar el déficit con crédito externo e interno, no puede emitir pesos
porque potenciaría la inflación, tiene restricciones políticas para bajar el
gasto, y saturo a la producción con una enorme presión impositiva. Cuando no
había más nada para manotear del mercado, ahora adelanta impuestos para salir
del paso. Esta estrategia, podría ser interesante, pero choca con el cambio de
gobierno en el año 2024. El año próximo nadie querrá adelantar impuestos del
año 2024, porque resulta probable la llegada de un partido que sea de distinto
color al actual en la casa rosada.
Si el gobierno en el año 2022
toma parte de la recaudación que corresponde al año 2023, quedan dos caminos,
hace un gran ajuste en el año 2023, o vuelve a pedir adelantos de la
recaudación 2024. Si el año próximo el gobierno no hace ajustes porque es un
año electoral, y nadie quiere adelantar impuestos ante el posible cambio
político, la suerte del plan económico está echada, estamos ante un problema de
difícil solución en un momento delicado de la vida de este gobierno (casi
parangonando una estrofa de una conocida canción de los Auténticos Decadentes,
cualquier parecido con la decadencia argentina es mera coincidencia).
Conclusión:
. - La tasa de interés quedo corta en función de una expectativa de inflación del 100% a futuro.
. - El gobierno no tuvo mejor idea que capturar recaudación futura, para poder mostrar un resultado fiscal decoroso en el año 2022.
. - El gobierno no tiene solvencia intertemporal de la tesorería, adelanta recaudación que mañana no sabe si la podrá obtener, para financiar gastos que no tienen financiación genuina.
. - El Estado sigue pateando la pelota para adelante, esto trae como consecuencia que el déficit fiscal de la tesorería en el mejor escenario termine en un 4,0% del PBI, mientras que el déficit cuasifical superaría el 3,0% del PBI.
. - Con un déficit global por encima del 7,0% del PBI, en algún momento de los próximos 12 meses tenemos asegurada una devaluación del peso para licuar tamaña cantidad de pesos destinados al pago de intereses. Los instrumentos atados al dólar linked se vuelven atractivos, como también activos financieros atados a la inflación, pero que no estén en manos del Estado (podría haber reperfilamiento) y tengan garantía de una sociedad de garantía recíproca.