
24Ago
Informes de Salvador Di Stefano
24/08/2022 - Salvador Di Stefano
Desequilibrio macro, falta de propuesta para el campo
Las reservas son escasas, el
cierre de importaciones potencia la inflación, esto implica suba de tasas y más
déficit. El campo lejos de liquidar, dólar al palo.
El gobierno nacional ha
adoptado una serie de medidas que nos está llevando a un mayor desequilibrio macroeconómico,
que impactan en una mayor contracción económica.
El desequilibrio de las
cuentas externas obligó al gobierno a un ajuste que permita tener un resultado
superavitario en la balanza de dólares y, de esta forma, ponerle un piso a las
reservas brutas del Banco Central que se ubican en torno de los U$S 37.000
millones.
El gobierno nacional profesa
como una religión atrasar el tipo de cambio, compró la idea de que una suba del
tipo de cambio podría generar una inflación desordenada de precios, y sigue
corrigiendo el tipo de cambio mayorista a un ritmo menor a la inflación. En el
mes de junio la tasa de crecimiento se ubica en torno del 5,7% mensual, la
inflación del mes podría ser superior al 6,0%. Sin embargo, para lograr un superávit
de dólares que le permita incrementar las reservas, está trabajando para restringir
las cantidades importadas.
La restricción de las
cantidades importadas hace que el mercado se quede con menos cantidad de
mercadería, lo que obligadamente nos muestra una contracción en materia económica.
Como el faltante de mercadería es manifiesto, muchos agentes económicos han
salido a importar poniendo los dólares de su bolsillo, lo que implica que
muchos productos importados están costeados al dólar contado con liquidación,
lo que implicó una suba de precios desde el valor del dólar mayorista en $ 137
a los $ 300 del dólar puesto en el exterior. Esto sin duda va a generar una mayor
inflación en la economía.
La inflación está viajando a
niveles del 6,0% mensual, esto implica que, proyectada a 12 meses, se ubicaría en
torno del 100% anual. Con este escenario por delante, la tasa de interés de
plazo fijo del 69,5% anual no luce atractiva. Tampoco el rendimiento de la
letra de Tesorería a 97 días del 88,0% anual, o las letras que ajustan por inflación
y pagan una tasa negativa del 10,5% anual a 90 días. Con letras y plazo fijo en
pesos que rinden menos que la inflación proyectada, todos los caminos conducen
al dólar. Si tenés una empresa, lo más rentable es tener mercadería.
Esto nos muestra que hay una
conexión directa entre el faltante de dólares en la economía, la inflación y la
tasa de interés, lo que nos demuestra una dinámica negativa, que nos lleva a un círculo
vicioso de la economía. En resumen, el problema principal es
la inversión, esto no genera atracción de divisas para hundir en el país, no
hay nuevos empleos y la recaudación tributaria sigue estancada. No llegan
dólares, se cae la demanda de pesos y la inflación se espiraliza en forma
preocupante.
El resultado fiscal del mes de
julio luce positivo, el gobierno logró, al menos por un mes, que los ingresos
superen a los gastos, si bien no se difundió la información detallada,
suponemos que hubo fuertes recortes en las partidas presupuestarias en busca de
lograr un menor déficit fiscal. Por otro lado, el gobierno se ha comprometido a
que no emitirá pesos para financiar el déficit, con lo cual todos los esfuerzos
se van a centrar en conseguir financiamiento en el mercado de pesos.
¿Cómo
sigue la película?
El gobierno buscará reformular
el acuerdo con el FMI en busca de mayores desembolsos que le permitan
fortalecer las reservas y lograr que el dólar no siga su marcha alcista.
Paralelamente el gobierno tramita
un acuerdo con China para conseguir un Swap que le permita tener más liquidez y
afrontar compromisos de comercio exterior. También se trabaja en la llegada de inversiones
chinas que incrementen las reservas líquidas.
La posibilidad de un préstamo internacional
contra la garantía de bonos parecería estar caída, dada la debilidad en las
cotizaciones de los títulos nacionales, por otro lado, el fondo soberano árabe
parecería no tener interés en financiar a América Latina, de Argentina ni
hablar.
El gobierno no desea poner
tipos de cambios múltiples, pero, de hecho, nos lleva a ese escenario al limitar
cantidades. Hoy tenemos un dólar comercial que es el dólar mayorista en $ 137 y
un dólar financiero que es el contado con liquidación a $ 300, con una brecha
insostenible del 120% que nos genera un desequilibrio en las cuentas monetarias.
Una inflación que se proyecta
en el 100% anual, y tasas que podrían superar dicho nivel, no hacen que llenar
de incertidumbre el escenario futuro, en donde aparece un año 2023, en el cual la
caída de actividad estaría asegurada, ante tanto desorden monetario y fiscal,
como también por una sequía que potenciaría la recesión.
Bonus Track Campo
El gobierno no ha ofrecido nada concreto al campo para que liquide los 19,8 millones de toneladas de soja que le quedan de la campaña 2021/22. Los rumores de una liquidación de soja a dólar bolsa son más una expresión de deseo que una realidad. La soja hoy vale $ 53.000, si se liquidara a dólar bolsa valdría $ 112.600. Si ello ocurriera y se liquidaran a precios de hoy 3 millones de toneladas, ingresarían a las arcas del Banco Central U$S 1.164 millones y la entidad debería emitir la friolera de $ 349.200 millones que representarían 8,2% de la base monetaria. Esto implicaría que el Banco Central debería absorber estos pesos para que no generen una suba en los precios en el mercado. Este monto representaría un 5,1% del stock de leliq y pases por el cual el Banco Central pagaría una tasa del 69,5% anual.
En
resumen, el costo de capturar U$S 1.164 millones es muy alto para el gobierno,
dado que debería emitir mucho dinero, los agentes económicos no desean demandar
estos pesos y debería retirarlo pagando una tasa de interés carísima. Creo que
el gobierno no tiene respuestas para el campo y la propuesta de dólar soja por
la cual se liquida el 30% a dólar ahorro y el resto en pesos no emociona al
productor, no lo entiende y prefiere esperar mejores precios futuros. En
Chicago esta semana estamos viendo cómo la soja se arrima a los U$S 600 la
tonelada, mientras que el maíz y el trigo a los U$S 300.
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