09Set
El mundo y los negocios
09/09/2022 - Salvador Di Stefano
Volvemos al 2019. Recesión y suba de tasas.
Con tasas en torno del 100%
anual, el gobierno pretende frenar la suba del dólar. Los organismos
internacionales le aportan fondos al gobierno. Recesión a la vista.
La estrategia en materia financiera está dando resultados positivos, el gobierno opera sobre varios frentes al mismo tiempo y las consecuencias de este cambio de política serán muy importantes.
Los
pasos son los siguientes:
1)
Las tasas están claramente a la suba, las
letras con descuento a 98 días rinden el 98,38% anual, las letras que ajustan
por CER a igual plazo rinden CER menos 9,36%, esto implica que el mercado está
viendo la inflación en torno del 107,74% anual, que sería el punto en donde
ambas tasas se arbitran.
2)
El Bonte con vencimiento el 17 de octubre del
año 2023 tiene una tasa de rendimiento del 98,34% anual, esto implica que el mercado
no ve por delante una política antinflacionaria. Un bono ajustado por inflación
con vencimiento agosto del año 2023 rinde inflación más 0,23% anual. El
gobierno busca mantener la inflación en torno de los valores actuales.
3)
Si pasamos al año 2024 los bonos que ajustan
por inflación rinden inflación más el 7% anual. Esto implica que corren algún
riesgo de reestructuración en el tiempo.
4)
Los bonos ajustados por dólar linked (dólar
oficial) tienen tasas negativas en los años 2022 y 2023, esto implica que no se
lo ve al gobierno actual devaluando el signo monetario. Para el año 2024 rinden
el ajuste del dólar linked más 3,24% adicional, esto implica que es muy
probable que la próxima administración ajuste el tipo de cambio.
5)
Los bonos soberanos en dólares con vencimiento
en el año 2030 rinden el 38,0% anual, mientras que los que vencen en el año
2041 rinden el 22,5% anual. El riesgo a una reestructuración de deuda soberana
en dólares sigue latente y es muy elevado. Una reestructuración más y van ….
6)
Sería inminente una suba de tasas del Banco
Central que copie el recorrido de la inflación, si la inflación de agosto resulta
del 6,0% anual, no podríamos descartar una suba de tasas de niveles del 69,5%
al 76% anual, esto nos daría una tasa efectiva del 108,9% anual.
De observar el comparativo de
tasas, identificamos que el gobierno está ofreciendo niveles de tasas de
interés muy atractivos, se desprende de los números observados que la lucha
contra la inflación será más agresiva, lo que empujará a las tasas activas a la
suba, ya no será tan atractivo financiar el inventario con toma de
financiamiento.
Esto implica una economía que le
pondrá un techo a los niveles de inflación en torno del 110% anual, pero que
tendrá un nivel de actividad económica en franco descenso. La recesión dirá
presente en el cuarto trimestre del año 2022, y se consolidará pasado el primer
trimestre del año 2023.
El dólar soja a $ 200
Los productores que tienen
stock de soja están aprovechando este gran momento, el que vende soja hoy
embolsa $ 69.100 por tonelada y si lo convierte a dólar bolsa suma U$S 255 por
tonelada. El que tiene soja debe vender a estos precios.
Los problemas en la cadena
agropecuaria se potencian, el 70% del campo es alquilado, y los contratos no
tienen clausulas claras, la relación entre los dueños de campo y productor se fortalece
en la confianza entre unos y otros. No es fácil conseguir un campo para
alquilar, por eso la sartén por el mango la tienen los dueños de la tierra.
El alquiler de un campo en
zona núcleo se ubica en aproximadamente 17 quintales por hectárea, esto implica
1,7 toneladas. Con la aparición del dólar soja a $ 200 los dueños fijaron
alquiler y exigieron pago, algo que está en su derecho, pero condiciona el
flujo de fondos del productor. Si cobran a estos precios se llevan $ 117.470
por hectárea o su equivalente U$S 433 por hectárea. Una hectárea de campo estaría
en torno de los U$S 12.000 y se llevarían un rendimiento sin considerar el pago
de impuestos del 3,6% de la inversión.
El productor está obligado a
pagar este monto, puede invocar que el gobierno propone que todas las transacciones
de mercado interno se hagan a un dólar mayorista de $ 140,82, pero, si se
arriesga a ello, el año que viene puede perder el campo que está trabajando y
eso sería letal ya que no abunda tierra sin trabajar en la zona núcleo. Los
contratos de arrendamiento son, en su gran mayoría, a un año de plazo. El
productor está condenado a pagar un alquiler a un dólar de $ 200 que es un valor
extraordinario, y vender a futuro a un dólar de mercado. Al ministro se le
escapó la tortuga en estos casos.
La soja se utiliza como alimento de animales, esto impacta sobre la cadena de la carne y la leche, en estos mercados el gobierno advierte que se deben realizar transacciones al dólar mayorista y no al dólar de $ 200. En los papeles está todo muy bien, pero en el mercado si no pagás los $ 69.100 la tonelada, no conseguís soja ni tampoco los subproductos, ya sea harina o aceite de soja. Esto encarecerá los costos de los negocios ligados a la carne y la leche, por ende, hacia fin de año veremos una menor oferta de mercadería y, consecuentemente, una suba de precios. Inflación al palo para el cuarto trimestre del año.
La gira en Estados Unidos es un éxito
El ministro de economía habría
conseguido créditos para el país por U$S 900 millones del Banco Mundial y U$S
1.200 millones del BID. A esto hay que sumarle que recibirá Derechos Especiales
de Giro del FMI para realizar los pagos de vencimientos de deuda, esto tendrá
un impacto neutro en las reservas (lo que ingrese se utilizará para pagar vencimientos).
Esto implica que las reservas que se ubican en los U$S 36.863 millones, podrían
ubicarse en torno de los U$S 38.000 millones hacia fin de año si todo sale
bien.
El problema es que a la par
que se recuperan reservas, hay una gran emisión de pesos y posterior absorción
de los mismos vía leliq a tasas hoy del 69,5% y en breve a tasas superiores al
70% anual.
Si el gobierno sigue firme con la suba de tasas, y persiste en el escenario de conseguir financiamiento externo, podría llegar a fin de año con los dólares alternativos en torno de los $ 380/$ 400. La inflación del tercer cuatrimestre del año podría ubicarse en el 26,2% anual.
Conclusión
Las subas de tasas de interés
pasivas son altamente atractivas para los inversores en esta coyuntura, ya que
el gobierno está ofertando nivel de tasas en torno del 100% anual.
Parecería que las reservas
encontraron un piso en torno de los U$S 36.000 a U$S 38.000 millones hacia fin
de año. Si llega un swap chino, las reservas podrían potenciarse a niveles más
elevados. Sergio Massa está jugando muy fuerte a nivel internacional.
La inflación de septiembre a
diciembre podría ubicarse en torno del 26,2%, pensando en una inflación del
6,0% por mes. Esto nos estaría convalidando un nivel de inflación anual en torno
del 100%.
Este escenario sería muy
recesivo, el gobierno estabilizaría las variables monetarias y cambiarias, que
venían para el escándalo, y podría rediseñar la política económica para el año
2023 que será electoral y necesariamente más laxo en algunas variables.
Las empresas, que estaban
acostumbradas a funcionar con financiamiento a tasas negativas contra la
inflación, tendrán dificultades. Hoy se impone comenzar a trabajar con capital
propio y dejar de lado el descubierto bancario y las financiaciones de capital
de trabajo a largo plazo.
La economía es como una pista
de baile, si cambia la música tenés que cambiar el paso. El gobierno pasó de
una política de tasas bajas y devaluación del tipo de cambio por debajo de los
niveles de inflación, a una política monetaria más agresiva, con contracción de
la cantidad de moneda y suba de tasas. Paralelamente a ello comenzó a ajustar
el tipo de cambio a un ritmo similar a la inflación. Este juego de pinzas nos
deja como resultado una economía con una alta recesión y baja en los niveles de
consumo.
En este contexto, los bonos
soberanos en dólares deberían mostrar una mejora, y esto apuntalar una recuperación
del mercado accionario.
El trabajo de Sergio Massa es
recomponer reservas, tratar de morigerar el aumento de los pasivos monetarios
del Banco Central y renovar la mayor cantidad de deuda en pesos en el mercado,
de este modo le dejaría una pesada herencia a la administración que ingrese.
Los desafíos son muy grandes, y no descartamos que esta política de incentivos,
como el dólar soja, se deban repetir ante la escasez de dólares en el año 2023.
La sequía dejará como saldo menos exportaciones de granos, el año electoral
atenta contra el ajuste y llegaremos con una inflación en torno del 110% anual.
Cualquier variable incontrolada, podría hacer que este escenario se complique
en un mundo en donde el dólar se fortalece, la tasa de interés está a la suba y
la inflación mundial no cede.