16Set
El mundo y los negocios
16/09/2022 - Salvador Di Stefano
Todos los caminos conducen al dólar
Las reservas equivalen al
6,7% del PBI. La inflación no cede. La tasa de interés es ridículamente baja en
función de la inflación. En este escenario el dólar es rey.
Las reservas del Banco Central
siguen en torno de los U$S 37.000 millones, el dinero que fue a buscar Sergio
Massa a los organismos financieros internacionales no generaría una gran suba
de reservas. Entre lo que llegue y lo que debemos apenas podría quedar un saldo
de U$S 1.000 millones.
El PBI medido en términos
anuales, rondaría los U$S 550.000 millones, las reservas actuales son el
equivalente a 6,7% del PBI, una verdadera lágrima, como mínimo deberíamos tener
reservas que equivalgan el 20% del PBI, esto implicaría reservas por U$S
110.000 millones.
El PBI de Brasil se ubica en
torno de los U$S 1,5 billones, casi 3 veces el PBI de Argentina. El stock de
reservas de Brasil es de U$S 339.000 millones, que equivale al 22,6% del PBI.
Argentina no cuenta con
financiamiento externo y, en el mejor escenario, tendrá un déficit primario del
2,5% del PBI, al que habría que sumarle el pago de intereses de por lo menos
1,6% del PBI. Esto implica un déficit de 4,1% del PBI que rondarían los U$S
22.500 millones.
Los problemas del país se
resumen en este déficit creciente y sin financiación a la vista. Los resultados
son claros, una inflación del 7,0% en agosto que, en los últimos 12 meses, se ubicó
en el 78,5% anual y, si la proyectamos a futuro, nos da el 125,2% anual.
El Banco Central subió la
tasa de interés del 69,5% anual al 75,0% anual, 3 puntos porcentuales menos que
la inflación de los últimos 12 meses. También nos dirá que la tasa efectiva de
la tasa nominal es aproximadamente de 110,0%. Aquí radica un grave error. El
gobierno compara la tasa efectiva de la tasa de interés con la tasa nominal del
78,5% de la inflación de los últimos 12 meses.
Si el gobierno desea que la
tasa de interés comience a ponerle un límite a la inflación, debería buscar una
tasa más elevada a la actual. Por ejemplo, una tasa nominal como piso del 100%
anual, que medida como tasa efectiva nos daría el 161,3% anual. De esta forma,
habría muchos especuladores que pasarían de dólares a pesos, se achicaría la
brecha y esto le daría más previsibilidad a la economía. Esta medida monetaria debería
ser complementada por otras medidas en el ámbito cambiario, productivo y fiscal
para asegurar que esto sea una solución y una espiralización de precios.
¿Cómo
sigue la película?
Creemos que el gobierno
seguirá con su política de correr de atrás a la inflación, por ende, procederá
a una tímida suba de tasas, lo que alentará a los agentes económicos a salir en
busca de un refugio en el dólar.
El gobierno cometió la
torpeza de ofrecer a los exportadores tipos de cambios especiales, como fue el
caso del dólar soja a $ 200. Ahora los emprendedores hacen cola para solicitar
el dólar malbec, limón, aceite, queso, carne y el producto que se te ocurra.
El gobierno tuvo que salir
con el dólar soja para cerrar las metas comprometidas con el FMI al 30 de septiembre.
El mercado ahora se pondrá a mirar qué sucederá en diciembre, cuando tenga que
cerrar las próximas metas. Como Argentina es una incumplidora serial, el
gobierno tendrá que, en el mes de diciembre, inventar algún dólar para salir
del paso y cumplir con el organismo.
Conclusiones
Un país raquítico de
reservas y con sobrepeso de pesos está en problemas. En este contexto al Banco
Central lo único que se le ocurre es poner más cepos e intervenir en el mercado
de cambios para que no suban los dólares alternativos. Si había dos señales que
no había que dar, eran las dos nombradas recientemente.
El gobierno, como fanático
en una carrera de Fórmula uno, se sacó fotos con todos en Estados Unidos, la foto
no es más que una imagen en un diario, lo importante son las políticas que
traigan del país del norte, ya que dinero, lo que se dice dinero, no
consiguieron, ni van a conseguir. Probablemente políticas tampoco.
Argentina sigue en un
escenario económico que languidece, no vamos a ver una explosión, es un
deterioro permanente y constante. Las variables económicas no suben ni bajan,
más allá de algún movimiento puntual, los activos financieros están
lateralizando en forma permanente, los agentes económicos esperan una señal de
la oposición, pero las elecciones presidenciales están lejos y la oposición no
tira una señal y menos aún una idea de lo que podría llegar a realizar.
En este contexto, todos los
caminos conducen al dólar, la inflación domina la escena pública. Los bancos se
han aglutinado y solo permiten plazo fijo ajustados por inflación hasta $ 3
millones por cuenta, violando lo que indican las normas del Banco Central, pero
como no hay control, todo vale en la Argentina. Los bonos en pesos que ajustan
por inflación tienen fuertes tasas negativas a corto plazo que desalientan la
inversión.
Comprar dólares alternativos
a menos de $ 300 es una verdadera ganga, con un gobierno que tiene una política
cambiaria dependiendo de su necesidad y una política monetaria que hace que los
pasivos monetarios crezcan al amparo de una tasa de interés que es cada día más
elevada. Ánimo, la inflación de septiembre puede ser igual a la de agosto, en
mi caso me voy a hacer lobby por el dólar Salva, en una de esas me toca.