
25Nov
Informes de Salvador Di Stefano
25/11/2022 - Julieta Colella
Cambio de tendencia y estanflación
Esta semana conocimos dos
resultados sumamente importantes para la economía argentina. Por un lado, el
resultado fiscal, así como también el resultado de balanza comercial, ambos al
mes de octubre.
Si bien el resultado fiscal
terminó siendo deficitario, después de un mes de septiembre en el cual se había
logado superávit primario, lo que nos empieza a interesar no es tanto el
número, sino cómo vienen siendo las tendencias. Desde el mes de julio de este
año en adelante, es decir desde que Martín Guzmán dejó el ministerio de
Economía, el déficit primario se fue acomodando a la baja, por lo que la
tendencia viene siendo una reducción del déficit fiscal.
Argentina registró en octubre un
déficit primario de $ 103.049 millones (U$S 605 millones), lo que implicó una
reducción del 50,7% respecto al resultado negativo de octubre de 2021.
Más allá de la diferencia en sí,
resulta relevante analizar qué viene pasando con los ingresos y los egresos.
Meses atrás, los egresos venían creciendo, de forma interanual, a una tasa
mucho más acelerada que los ingresos. Aparentemente dicha tendencia también se
empezó a revertir. Por ejemplo, puntualmente en el mes de octubre, los ingresos
totales aumentaron 94,5% interanual, no solamente ubicándose por arriba de la
inflación que fue del 88,0%, sino también ubicándose por arriba de los egresos
que crecieron, año contra año, 63,0%.
Lo positivo del resultado de
octubre es que valida que la tendencia del déficit fiscal viene siendo a la
baja, así como la tendencia de que los ingresos pasarían a crecer a una tasa
superior que los egresos.
El punto que preocupa es que, si
bien se viene reduciendo, el resultado continúa siendo negativo y al gobierno
se le hace cada vez más cuesta arriba poder financiar dicho déficit. Por su
parte, el mercado ya no le quiere prestar, o si le presta lo hace a una tasa
muy alta y a cortísimo plazo. Por ende, la herramienta que siempre tiene a mano
es la de la emisión monetaria, herramienta que el gobierno había dejado de
utilizar y que tiene como consecuencia directa mayor inflación, pero
aparentemente ahora volvería a ser un recurso que pone sobre la mesa y al que,
aparentemente, el gobierno debería volver a recurrir.
Por el lado de la balanza
comercial, al mes de octubre, experimentamos un superávit comercial de U$S
1.825 millones. Si bien no es el primer mes que experimentamos superávit
comercial, sí resultó el mayor superávit del año.
Para que eso ocurra, se dieron
varias condiciones. Por un lado como el frío mermó, se redujeron notablemente
las importaciones de energía, componente altamente significativo en el total de
importaciones. Por otro lado, continuaron aplicándose restricciones al resto de
las importaciones y, por último, todavía
quedaba un remanente del agro para exportar, por lo que benefició al total
exportado.
Si bien este resultado es para
destacar, el objetivo sería tratar de mantener estos niveles de superávit pero
sincerando el comercio exterior, es decir, tratando de que todas las
exportaciones en su conjunto puedan realizarse a un tipo de cambio competitivo y
no únicamente algunos rubros, y que las importaciones no estén reprimidas, sino
que se pueda importar libremente. El objetivo sería que, frente a ese
escenario, continuemos teniendo superávit fiscal.
Con respecto a las proyecciones
de superávit comercial, se espera que, para todo el año 2022, Argentina acumule
un superávit total entre U$S 6.000 / U$S 7.000 millones, siendo dicho valor más
cercado a U$S 7.000 millones. Por su parte, las proyecciones parecieran
empeorar para el año próximo, a través de las cuales, se espera que el
superávit anual se contraiga a un número más cercado a U$S 6.000 millones. Es
decir, experimentaríamos una caída del superávit comercial anual en torno a U$S
1.000 millones, situación sumamente negativa para el nivel de reservas actuales
con las que cuenta el Banco Central República Argentina. Justamente por estas
estimaciones es que no descartamos que el gobierno, no solamente aplique una
versión del dólar soja II antes de fin de año, sino que, si resulta necesario,
establezca tantos dólares soja como lo crea conveniente durante el año 2023.
Sigue preocupando el nivel de
reservas en el Banco Central República Argentina. En esta época mundialista, uno
de los cálculos que hizo el propio gobierno respecto a la estadía en Qatar es
que un argentino, en promedio, podría gastar entre U$S 10.000 y U$S 13.000 por
semana. Entonces, según esa estimación y la cantidad de argentinos que fueron
al mundial, podrían irse de las reservas, nada más ni nada menos, que U$S 2.000
millones. Dicho monto representaría prácticamente el 40,0% de lo que el
gobierno pudo recaudar con la implementación del dólar soja. El punto está en
que si, la participación de argentinos en un mundial pone en jaque a las
reservas del Banco Central, deja en evidencia el escaso nivel de reservas que
tenemos.
Por último, esta semana conocimos
el dato del EMAE (Estimador Mensual de Actividad Económica) al mes de
septiembre, dato que nos permite ir anticipando las tasas de variación del PBI
al tercer trimestre de este año, información que oficialmente conoceremos el 15
de diciembre.
Septiembre presentó una variación
anual positiva de 4,8%. Anteriormente hicimos una proyección en donde estimamos
que para septiembre el EMAE iba a crecer 3,7%, es decir que el dato oficial
resultó por arriba de nuestras estimaciones. Lo que llama la atención es la
variación mensual. Para dicha variación se utiliza la serie desestacionalizada,
para eliminar cualquier efecto estacional que puede haber entre un mes y el
otro. En este caso, septiembre versus agosto cayó 0,3%. Hacía desde el mes de
marzo que no veíamos variaciones mensuales negativas. Al tercer mes del año la
contracción mensual había sido 0,7%. En este caso vemos que la caída es
levemente menor. El punto es que agosto versus julio solamente creció 0,7%, por
lo que, si hacemos un promedio entre ambos meses, el bimestre estaría mostrando
un escaso crecimiento de 0,2%. La variación mensual en octubre debería resultar
más elevada para que pueda compensar para el resto del trimestre y que, de esa
forma, la variación trimestral resulte más contundente.
Argentina ingresó en un período
denominado estanflación, esto ocurre cuando, dentro de una situación
inflacionaria, se produce un estancamiento de la economía y el ritmo de la
inflación no cede. El punto es que están todas las condiciones dadas para que
el año próximo esta situación continúe. Incluso, muchos analistas están
anticipando que, no solo el año próximo, sino que quizás la primera mitad del
año 2024 también sea una situación que se vuelva bastante cuesta arriba.