03May
Para pensar
03/05/2022 - MOISÉS NAÍM
¿En qué se parecen Putin y Musk?
Esta es una comparación injusta.
Antes de discutir las semejanzas entre estos dos hombres es indispensable
enfatizar la inmensa diferencia que hay entre ellos: Putin es un genocida y
Musk es un genial inventor. El líder ruso es el responsable de la muerte de
decenas de miles de inocentes asesinados por los militares que el comanda. Elon
Musk es responsable de los coches eléctricos mas vendidos del mundo, de
innovaciones en baterías que permiten almacenar energía eléctrica, y desistemas
como Paypal que permiten hacer pagos a través de email. También de SpaceX, la
empresa de cohetes que pueden ser recuperados y reusados después de haber sido
lanzados al espacio. Y de máquinas para cavar con gran eficiencia túneles
debajo de las zonas más congestionadas de las ciudades, aliviando así el
congestionamiento. También de la asombrosa Neuralink, empresa de implantes cuya
misión es desarrollar tecnologías que le permitan al cerebro comunicarse de
manera inalámbrica con un computador y mejorar así importantes funciones
neurológicas.
Tanto Putin como Musk quieren
cambiar el mundo. Putin destruyendo y Musk construyendo. Ambos tienen el poder
y el dinero para financiar sus ambiciones. De acuerdo con la revista Fortune,
Musk es la persona mas rica del mundo. Y de acuerdo con los servicios de
inteligencia de varios países, Vladimir Putin es, secretamente, el hombre más
rico del planeta.
Obviamente, además de su fortuna personal (estimada en más de
200 mil millones de dólares), Putin también tiene la libertad de usar los
fondos del gobierno rusopara financiar cualquier aventura.
En esto el dictador y el
emprendedor se asemejan. Putin quiso a Ucrania y Musk a Twitter. El primero
invadió a su país vecino y el segundo se compró la empresa por 44 mil millones
de dólares.
En ambos casos, las decisiones
fueron tomadas por una sola persona. Las instancias, organizaciones y procesos
que normalmente influyen en la toma de tan importantes decisiones fueron
irrelevantes. Naturalmente, la invasión a Ucrania y sus secuelas de muertos y
destrucción es infinitamente mas grave que la compra de una empresa muy costosa
cuyo funcionamiento tiene múltiples ribetes políticos y sociales. Pero tanto la
invasión como la adquisición ocurrieron porque estos dos hombres así lo
quisieron. Punto.
Putin justifica la invasión con
argumentos del pasado, mientras que Musk explica su interés haciendo referencia
al futuro. El dictador ruso mantiene que Ucrania siempre fue parte de Rusia y
que debe volver a serlo y que su incursión militar simplemente busca corregir
un garrafal error geopolítico que se cometió después del colapso de la Unión
Soviética. Según el, Rusia nunca ha debido permitir la independencia de países
que habían estado bajo su control.
En tanto, Musk piensa que Twitter
puede ser el instrumento que mejor va a proteger la libertad de expresión en el
mundo: “Mi fuerte intuición es que contar con una plataforma publica que sea
ampliamente incluyente y en la cual se confíe máximamente es muy importante
para el futuro de la civilización”.
Desde hace años a Musk le ha
venido preocupando el futuro del mundo. En una de sus charlas hizo este audaz
pronostico: “El futuro de la humanidad se va a bifurcar en una de dos
direcciones fundamentales: o bien nos transformamos en una especie
multiplanetaria y en una civilización que sabe viajar a través del espacio o
vamos a quedarnos atascados en un solo planeta hasta que, eventualmente,
ocurrirá algún evento que nos extinguirá.”
El contraste entre este genial
visionario que está pensando en transformar nuestra civilización en una que
habita en diversos planetas -y que viaja entre ellos- y el sanguinario dictador
que intenta devolver el mundo al Siglo 19 no puede ser mas aleccionador. La
invasión de Ucrania y la compra de Twitter ilustran lo débil que es la
rendición de cuentas en regímenes autoritarios y en los gigantes tecnológicos.
En ambos casos los jefes deciden y no parecen estar muy preocupados por incluir
las opiniones de sus críticos, tomar en serio la posibilidad de que se hayan
equivocado o tener muy presente que no saben que es lo que no saben. Esta
última es una de las causas más frecuentes de los fracasos que derriban
dictadores o llevan las empresas a la bancarrota.
Ojalá que en esto Musk no se
parezca a Putin.