
09Feb
Informes de Salvador Di Stefano
09/02/2023 - Salvador Di Stefano
No hay dólares del campo para el gobierno
El gobierno nacional deberá enfrentar
el año 2023 con profundas dificultades, la inflación está indomable, la tasa de
interés deberá ser elevada y el tipo de cambio se utilizará como ancla para
detener la suba de los precios.
En el mes de febrero el dólar
oficial subiría el 4,0%, como forma de contener la suba de precios, alineando
la devaluación con el objetivo de aumento en los precios de la economía, a través
del programa Precios Justos. El gobierno cree que, desde el Banco Central y
manipulando el tipo de cambio, puede conducir la suerte de los precios en la
economía, descartando que la inflación es un fenómeno monetario. El error es
creer que la inflación proviene de un fenómeno cambiario.
El Banco Central debería
contener la cantidad de moneda y trabajar para hacer crecer en forma genuina
las reservas. Las reservas
reales del Banco Central son negativas, porque si el ente rector
se pusiera al día con la deuda comercial por importaciones, no alcanzarían los
dólares en caja para satisfacer el pago.
El gobierno está colocando
deuda en el mercado para poder financiar el déficit presupuestario, las
colocaciones logran rendimientos increíbles, por ejemplo, una letra con vencimiento
al 31 de marzo rinde el 109,5% anual, cuando colocar en un banco sumas
superiores a $ 20 millones a un plazo de 30 días no pagan más del 91% anual de
tasa efectiva.
Los problemas están por venir. Se conoció que la cosecha de soja, que en el año 2022 ascendió a 43,3 millones
de toneladas, será inferior a los 35 millones de toneladas y en el caso del
maíz, que en el año 2022 fue de 51,1 millones de toneladas, sería inferior a los
42 millones de toneladas. Esto implicaría que podrían ingresar al país unos U$S 8.000 millones
menos de exportaciones, menos reservas, ingresos fiscales y recalculando el
presupuesto.
Un problema adicional es que la
sequía en Argentina difícilmente repercuta en los precios. En el año 2022
Brasil cosechó 125,5 millones de toneladas de soja y este año cosecharía 152,9
millones de toneladas, con la ganancia de Brasil compensa y supera la caída de
cosecha de soja Argentina. En maíz sucede algo parecido, en el año 2022 la
cosecha de maíz de Brasil fue de 112,8 millones de toneladas y este año
cosecharía 123,7 millones de toneladas. Esto implica que hay soja y maíz a escala mundial, no hay peligro de
suba de precios, una mala noticia para Argentina.
El mercado de soja, maíz y
trigo está totalmente intervenido por el gobierno, que con decisiones
espantosas no deja que los precios fluyan en el mercado.
Soja: El incentivo del Dólar Soja fue un regalo a
los dueños de campo, que con un dólar diferencial salieron a reclamar el pago
de los alquileres, dejando a los que producen con un precio bajo, y a los que
viven de rentas con un precio elevado. El dólar soja encareció el alimento de
la cadena de agregado de valor, como es el caso de la ganadería y la lechería,
produciendo quebrantos que impactaron en la oferta y que hoy emergen en el mercado
con aumentos de precios en el sector de carnes y lácteos, algo que es
irreversible y que el Estado no podrá controlar, ya que es un problema derivado
de los escasez de mercadería. El stock de soja existente en el mercado es muy bajo,
el remanente de esta campaña serían 7,8 millones de toneladas, pero esta cifra
podría reducirse a la mitad por ventas en el mercado informal, con lo cual no
hay posibilidades de un dólar soja para el mes de marzo. Por otro lado, el
gobierno les permitió a los exportadores importar de Paraguay y Brasil cerca de
7 millones de toneladas de soja, algo que muchos desconocen a la hora de hablar
de la posibilidad de un Dólar Soja 3.
Maíz: Los exportadores compraron anticipadamente
maíz, hoy tiene en un stock de 6,1 millón de toneladas, de las cuales 3,9
millones de toneladas están a fijar. Esta mercadería no se sabe cuándo la
podrán embarcar, lo que está claro es que no necesitan comprar porque el Estado
es impredecible. Con los exportadores fuera del mercado de maíz, y con
mercadería a precio abierto por 3,9 millones de toneladas, el precio tiene
muchas chances de quedarse en los niveles actuales o bajar, nadie paga caro lo
que no sabe si podrá vender en tiempo y forma. Mercado del maíz fraccionado
e intervenido, el que no vendió se embromó. No hay posibilidades de un dólar
maíz, si ello ocurriera subiría el precio de las carnes y los lácteos, algo que
va a contramano de lo que necesita el gobierno.
Trigo: El gobierno postergó las exportaciones, el año
pasado la cosecha de trigo fue de 23 millones de toneladas, este año menos de
12 millones de toneladas, el gobierno perdió U$S 3.000 millones de
exportaciones, sumadas a las pérdidas en soja y maíz estamos en U$S 11.000
millones menos de reservas y caída de ingresos fiscales por retenciones. Con un
mercado muy chico de trigo, exportaciones limitadas y un sector exportador
sobrecomprado, los precios no están a la suba, salvo mercadería de alta
calidad. La sequía dejó pésimas calidades de trigo, lo bueno vale.
En el mercado de la ganadería vacuna,
la sequía dejó una venta masiva de animales en los últimos meses del año
2022, en especial hembras, que hoy pone en peligro el stock ganadero del año
2024. Durante el año
2022 la faena fue de 13,5 millones de cabezas, de las cuales un 45,2% fueron
hembras. Esta faena representó un 25,3% del total del stock, con lo cual
peligra el crecimiento del stock futuro.
La sequía está incrementando
la oferta de animales, mientras que en el año 2021 se faenaron 13,0 millones de
cabezas, en el año 2022 se faenaron 500.000 cabezas adicionales, de las cuales
290.000 fueron hembras. Alerta.
La oferta de animales está
llegando a su fin y esto hizo que en el mes de enero la demanda de animales
superara a la oferta existente, lo que hizo saltar a la suba los precios. El
precio de la hacienda en pie en el mercado de Cañuelas aún no recuperó la
inflación de los últimos 12 meses, y difícilmente pueda convalidar mayores
precios. La demanda de carne está sustentada por la demanda del asalariado, que
hoy se encuentra perdiendo poder adquisitivo todos los meses. Es probable que la carne haya
llegado a un techo y que en los meses sucesivos estos precios se repitan.
En Argentina se faena el
equivalente a 3.133.000 toneladas, de las cuales el 71,6% se destina al mercado
interno y el 28,4% a la exportación. El 78,0% de lo exportado va con destino a
China, es carne que no se consume en el país, son vacas que ya cumplieron su
vida útil, es carne de baja calidad y que en el pasado no tenía valor en el
mercado interno.
Argentina debería exportar más carne y dar paso al consumo de carne
alternativa de menor precio, como debería ser el caso de aves, carne ovina,
porcina, entre otras.
Conclusión
Argentina perdería cerca de U$S 11.000 millones de exportaciones y
podrían ser muchas más si el gobierno sigue ajustando el tipo de cambio a un
ritmo del 4,0% por debajo de una inflación estimada para enero entre el 5,5% y
6,0%.
Los precios de los productos
que exportamos no tienen perspectivas de suba, el mundo crecerá menos que en el
año 2022, la tasa de interés es más elevada y no hay un escenario disruptivo
por delante.
La economía argentina mostraría un PBI en baja para el año 2023, por ende,
habrá que prepararse para un año en donde las ventas serán bajas y habrá que
trabajar en la mejora de productividad y baja de costos.
Si en este contexto, el
gobierno elige a contrapelo del sector privado expandirse y financiar el déficit
con deuda o emisión, la brecha cambiaria seguirá siendo elevada y el dólar de $ 380 es una
ganga. Pero sería mucho más grave, que la oposición que puede gobernar el país en
el año 2023 avise que la deuda contraída por el actual gobierno no sería
honrada, eso sería determinante para que el blue alcance valores impensados.
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