
12Feb
Informes de Salvador Di Stefano
12/02/2023 - Salvador Di Stefano
La otra cara de las Leliq: recesión y devaluación
El Gobierno se endeudó en pesos, pero la tasa de interés era muy alta, y como no pago intereses espiralizó el stock de deuda. Hoy es casi impagable, no tengas pesos.
El Gobierno nacional
ha tenido durante toda su gestión un enorme déficit fiscal, sin crédito externo
utilizó dos vías para financiarlo, el mercado de capital local y la emisión
monetaria.
El déficit fiscal de
este Gobierno, tomando los primeros 3 años, ascendió a $7.500.000 millones, lo
que nadie imagina es la enorme deuda que generó en un corto período de tiempo.
El Banco Central
financió una parte de este déficit vía emisión monetaria y posterior absorción
de dichos pesos con instrumentos como las Leliq y pases (pasivos monetarios
remunerados).
Crecimiento del stock
de Leliq
En los últimos 3 años, el stock de Leliq y pases aumentó en $8.611.545 millones. Este aumento fue muy importante porque las leliq y los pases pagan una tasa de interés alta en pesos, y como el Banco Central nunca paga los intereses y los capitaliza, el interés compuesto eleva el endeudamiento más que proporcionalmente. El efecto no deseado de la emisión monetaria, y posterior absorción vía leliq, es que el Estado les quita dinero a los bancos que en el pasado financiaban al sector privado.
En diciembre del año
2019 el stock de préstamos al sector privado representaba el 54,0% de los
depósitos, en la actualidad el stock de préstamos al sector privado representa
el 37,1% de los depósitos, claramente el que perdió fue el sector privado, en
detrimento de la pésima administración del Estado nacional.
Hasta aquí es más de
lo que todos leemos en los medios económicos, sin embargo, el verdadero
problema está en la deuda de la tesorería. En el mandato de Alberto Fernandez
la deuda en pesos de la tesorería aumentó la friolera de $18.948.085 millones,
más del doble del déficit fiscal que el gobierno tuvo durante el período bajo
análisis.
Si tomamos las cifras
totales, el déficit acumulado bajo el gobierno actual fue de $7.537.470, el
aumento de la deuda de la tesorería en pesos y el pasivo monetario remunerado
del Banco Central sumó la friolera de $27.559.640. Esto implica que la deuda en
pesos aumentó 3,66 veces el déficit que pretendió financiar.
¿Cómo se arregla?
Para que Argentina pueda salir de esta crisis, es necesario lograr un superávit fiscal primario que logre pagar todos los meses los intereses de las letras y bonos de la tesorería, más los pasivos remunerados (leliq y pases) del Banco Central.
El déficit primario
del Gobierno es equivalente a 2,4% del PBI, mientras que los intereses que abona
en concepto de la deuda de tesorería y los pasivos del Banco Central son el
equivalente al 6,0% del PBI. No es difícil interpretar que el próximo gobierno
debería tener un superávit fiscal del 6,0% del PBI para pagar los intereses de
la deuda. Deberíamos pasar de un déficit primario del 2,4% a un superávit del
6,0% del PBI, para cumplir dicha meta es necesario un ajuste del 8,4% del PBI,
algo casi imposible de cumplir.
Probablemente, el
próximo Gobierno deberá buscar el superávit fiscal, pero también alguna otra
forma para poder pagar los intereses de la deuda, previa reformulación de los
contratos de deuda existentes en el mercado.
En este punto luce
relevante el debate entre el gobierno y la oposición respecto a la
sustentabilidad de la deuda emitida por el Estado, y consecuentemente la
viabilidad de un sistema financiero expuesto a financiar al Estado con la mayor
parte de los depósitos del sector privado.
Conclusiones
La deuda en pesos de
la tesorería y los pasivos remunerados del Banco Central no son sustentables en
el tiempo, es difícil poder honrar semejante deuda, máxime cuando en el año
2023 el país podría mostrar un escenario recesivo, con una caída del PBI del
2,0%, y nada hace presumir que en el año 2024 el país crezca más del 1,0%.
El próximo gobierno
tendrá que asumir sin reservas, y no hay en el mundo países haciendo cola para
prestarle dinero a Argentina. Con lo cual, no tendremos financiamiento externo,
y la única forma de asegurar una masa crítica de dólares en el Banco Central es
definiendo un plan de neto corte exportador, y generar en forma genuina una
masa crítica de dólares en las reservas.
Luce muy difícil
realizar un plan exportador exitoso con un tipo de cambio oficial tan atrasado,
e impuestos a las exportaciones que desalientan la inversión en Argentina. Por
ende, todo hace presumir que la economía argentina tendrá en el año 2024, un
tipo de cambio oficial mucho más alto que el actual, que ayudará a licuar la
deuda en pesos del gobierno y de esta forma descomprimir el pago de intereses
de la deuda.
Una devaluación será
una estafa a los ahorristas en pesos, pero habrá culpas compartidas, porque el
actual gobierno deja una deuda impagable, tipo de cambio atrasado y reservas
inexistentes, mientras que el gobierno que llega se encuentra con la política
del hecho consumado, y un combo financiero difícil de resolver. Alguien tendrá
que pagar el costo de las malas administraciones pasadas, y la herencia
recibida. El hilo se corta por lo más delgado, trata de no tener pesos.
En este escenario,
todos los caminos conducen a los activos reales (propiedades) o financieros
(acciones), que no son sujetos de ser reestructurados en forma compulsiva, como
podría suceder con los bonos en pesos o las letras en manos de los bancos.
Las reservas del Banco
Central volvieron a ubicarse en torno de los u$s40.000 millones, suben y bajan
volviendo siempre al mismo lugar, no hay ingreso genuino de divisas. La
cantidad de pesos no para de crecer, la inflación no se detiene y difícilmente
baje si un burócrata aliente los precios justos, en este contexto el Banco
Central ancla el tipo de cambio oficial, pero la fuerza de mercado es tan
grande que la brecha comienza a crecer, y el dólar blue vuelve a ser refugio.
En el año 2022 la cosecha de soja fue 43,3 millones de toneladas, para el año 2023 se esperan menos de 35 millones de toneladas, la cosecha de maíz fue para el año 2022 de 51,1 millones de toneladas, para el año 2023 se esperan menos de 42 millones de toneladas. Esto implica menos dólares que van a ingresar, esto no lo modifica ni un dólar soja o maíz, no aplica el "Ah pero Macri", ni la queja de que el mundo sufrió una pandemia o la invasión de Rusia a Ucrania. En este contexto, ponete el casco, bienes o dólares billetes, esa es la cuestión.
Esta nota fue publicada en I Profesional.
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