31May
El mundo y los negocios
31/05/2023 - Natalia Colombo
Bonos soberanos: ¿sí o no?
Actualmente se suele hablar mucho de lo barato
que están los bonos soberanos argentinos y que representan una oportunidad de
compra. Analizamos los pro y los contra de esta inversión.
Un bono es un instrumento de renta fija emitido,
en este caso, por el Tesoro nacional en busca de financiamiento del gato
público. Renta fija se refiere a que es un activo que de antemano ya sabemos
cuanto va a rendir, cómo va a pagar, cuánto va a pagar, incluso, cuándo va a
pagar. Toda esta información se conoce en lo que se llama el prospecto del bono
y su precio se observa en el mercado, por lo que al momento de compra el
inversor sabe el rendimiento de este activo.
El gobierno argentino es experto en el diseño
de bonos. Actualmente, hay muchos tipos de bonos emitidos, en pesos, en
dólares, a tasa fija, a tasa variable, que ajustan capital por la inflación,
ligados a la evolución del tipo de cambio oficial (los llamados dólar linked),
con legislación local o extranjera.
Los bonos hard dólar son denominados en dólares que pagan en billetes. Los actuales bonos provienen de la restructuración de la deuda que llevó a cabo en ex ministro de economía Martín Guzman, allá por 2020. En ese entonces, Argentina logró reestructurar unos usd 68.000 millones de bonos legislación extranjera con acreedores privados, logrando una adhesión mayor al 94%, convirtiéndose en la segunda mayor de la historia, detrás de la reestructuración de Grecia en 2012.
Esto habilitó a que el gobierno siguiera con el
canje de bonos ley local, donde consiguió nuevamente alta adhesión. En total,
se restructuraron unos usd 100.000 millones con privados.
A diferencia de los bonos anteriores, éstos
salieron con cupones bajos, es decir, el interés anual que pagaban ya no era
del 10%, ni del 8%. Por el contrario, salieron con intereses bajos y
escalonados (desde 0.13 hasta 5%, dependiendo del bono). Y encima hubo quita de
capital. Esto es, no reconocieron el 100% del capital para el canje.
La reestructuración de las deudas con acreedores bajo ley local y ley internacional permitió que Argentina se ahorre usd 48.000 millones, desde 2021 y hasta 2028, en pagos de intereses y de capital, respecto de los cronogramas previos, según estimaciones del sector privado. Y lo más importante, postergar las erogaciones en dólares, en un contexto de bajas reservas.
Desde que salieron a bolsa, los bonos perdieron en dólares 50%. Si bien subieron desde octubre hasta enero, un 40%, no alcanza para acercarse al 30% de paridad.
Si comparamos bonos con acciones, vemos que desde
el canje en 2020, las acciones subieron en dólares 207%, mientras que los bonos
cayeron entre 40 y 50%. El Merval se convirtió en la bolsa que más subió en la
región, por lo tanto, uno puede concluir que los bonos están muy castigados y
que pronto recuperarán terreno.
Se suma la expectativa de un cambio de mandato, con lo que ya hay inversores que buscan posicionarse de cara a las elecciones.
Pero si miramos un poco más de historia, vemos
que las paridades de los bonos están casi en mínimos históricos, que no se
mantienen por mucho tiempo, salvo en este último periodo, casualmente, desde la
asunción de este gobierno. Pero la historia no tiene por qué repetirse.
Castigo o no, los bonos descuentan un default (por
más que el primero de ellos venza en 2029), crisis económica y política.
Actualmente, el mercado argentino es un mercado standalone y no está en los
radares de inversores del exterior. Estos precios bajos no tientan a los
grandes fondos para que ingresen su dinero (el problema es retirar luego las
ganancias, dado el cepo). No hay dinero fresco en la bolsa. Los jugadores son
el estado y organismos amigos y privados que buscan dolarizarse, principalmente
en los segmentos intervenidos.
Recordemos que actualmente el gobierno
interviene en los Globales y Bonares 2030 para contener el valor del dólar.
Los únicos interesados en comprar deuda pública
pueden ser los llamados fondos buitres, es decir, fondos que compran deuda a
punto de defaultear, para ir a litigio y sacar ventaja. Pero no compran
cualquier bono, comprarían solo ley extranjera (donde pueden ir a juicio).
Entonces, los Globales que son ley extranjera tendrían un piso dado que si caen
mucho se activa la demanda de estos fondos. No así los Bonares (que son ley
local).
Hay una clara diferencia de cotizaciones entre legislaciones. Por ejemplo, mientras el GD30 cotiza en torno a los usd 27.9, su par AL30 (mismo bono pero legislación local) vale usd 21.8.
¿Entonces, compramos?
Se tiene que tener en cuenta que es una apuesta
para el mediano y largo plazo, con la posibilidad de un nuevo default y/o
reestructuración. Por tanto, estamos hablando de una estrategia para inversores
con perfil de riesgo moderado a agresivo.
¿Qué comprar? Vimos que el bono más barato en términos relativos es el Bonar 2030 (ley argentina). Pero si se quisiera apostar a bonos soberanos también podrían elegirse bonos más largos, tramos 2038, 2041, que tienen una cupon yield alta, de 14-15%. (cupon yield muestra cuanto rinde el cupón que pagan respecto al precio). Es decir, por ejemplo, el AL41 pagará cupones de 3.5% anuales, y teniendo en cuenta el precio de compra, nos da un rendimiento de este cupón del 15%. En cambio, el AL30 pagará 0.5% de cupón. Por más que sea el bono más barato, el cupon yield es malo: 2.4%. De todas maneras, siendo una apuesta especulativa, nadie mira el cupond yield. Creemos que lo mejor es posicionarse en el tramo corto, con un mix entre legislaciones.