28Oct
Me gusta el campo
28/10/2024 - Ignacio Iriarte
Nadie se salva
En el actual
contexto, ni el consumo ni la exportación están en condiciones de enfrentar
aumentos importantes.
Hay una
sobreoferta de ganado liviano proveniente de los feedlots, que
están en el pico anual de salidas, y a la que le cuesta mucho absorber, con un
consumo muy deteriorado y con retrocesos de precios, incluso en términos
nominales.
Es insuficiente
la oferta de novillos y de vacas para una exportación que, pese a operar en
rojo, faena y embarca volúmenes crecientes, con perspectivas de que este año se
alcance el nivel más alto de exportación en un siglo.
Cae la
rentabilidad de la cría, del feedlot y de la industria
frigorífica, con una oferta ganadera que en los últimos tres meses ya no
muestra las caídas interanuales del primer semestre.
Precios reales
para el gordo y la invernada que, después de unos nueve meses de caída, ya se
ubican por debajo de los promedios históricos. Mientras se mantenga esta
política cambiaria, que neutraliza el extraordinario momento de la demanda
internacional, es difícil que se registren subas importantes del precio real
del ganado. Ni el consumo ni la exportación están en condiciones de enfrentar
aumentos importantes.
So observa un
consumo muy débil, una exportación limitada por el atraso cambiario, una oferta
que no se reduce lo suficiente como para gatillar una suba de precios.
¿Quiénes
son?: la composición de la faena nacional
La producción de
carne vacuna argentina en 2024 se estima en unos 3,15 millones de toneladas,
unas 150 mil toneladas más que lo calculado hasta hace tres meses.
En
julio-septiembre y lo que va de octubre, la faena de bovinos ha recortado
drásticamente la diferencia negativa que presentaba con respecto al año pasado,
que en algún momento llegó a superar el 20% de caída interanual.
De acuerdo con
la clasificación de la faena (DTE, Senasa) y a los pesos medios por carcasa
estimados para cada categoría (IPCVA), puede calcularse que de una producción
de carne vacuna de 3,15 millones de toneladas previstas para 2024. Estaría
integrada por unas 950 mil toneladas que corresponden a carne de la categoría
“novillo”, y unas 620 mil toneladas, a carne de “vaca”.
La exportación
estaría procesando el 80% de la oferta de carne de vaca, y un 50%-60% de la de
novillo, categoría donde quedaría todavía un potencial para destinar a la
exportación.
Hay que tener en
cuenta que en el norte de nuestro país todavía se consume mucha vaca gorda y
que aún hay muchos novillos (entre ellos, los llamados “novillos sin papeles”)
que se destinan al mercado interno: ciclos 2, troceos, parrillas, hoteles,
supermercados “novillleros”, matambreros, catering, chacinadores,
cárceles, fuerzas armadas, fábricas, entre otros destinos.
Debe recordarse,
además, que de cada novillo que se faena para exportación –incluido Hilton o
Israel– el parrillero y otros cortes de la res son destinados al consumo local
(cajas) y no se exportan. Hay además todavía muchas carnicerías en el Amba, en
Cuyo y en el Norte argentino que trabajan carne de novillo.
Sumando las
categorías “novillo” y “vaca”, se llega al 50% del volumen de carne vacuna
faenada anualmente. En un reciente seminario, un industrial exportador afirmó:
“Hoy los exportadores faenamos en unas 35 plantas el 40%-45% de la carne que se
produce en la Argentina; como promedio de todas las plantas, un 75% de lo
faenado lo enviamos al exterior y el 25% restante lo colocamos en el mercado
local”. En septiembre último, se habría exportado el 33% de la carne producida
en el país.