09Dic
Me gusta el campo
09/12/2024 - Ignacio Iriarte
El atraso cambiario, compensado por los precios que paga China y la quita de retenciones
Un panorama sobre las exportaciones y el
valor del dólar. Qué sucede con el consumo interno.
Una recuperación de los precios de la
hacienda, después de 11 meses de caídas consecutivas en términos reales, que
remite a los precios –a moneda constante– de julio pasado. En la comparación
interanual los valores actuales se ubican un 20% por debajo de diciembre del
2023.
La suba de precios en las últimas
semanas se ha dado en un contexto de oferta ganadera alta, con una faena diaria
que en noviembre fue más alta inclusive que un año atrás.
La demanda de consumo interno habría
tocado un piso: con respecto a unos meses atrás, se está consumiendo algo más
de un producto que es más caro, habiendo aumentado entonces el gasto en carne
vacuna.
Los exportadores, casi todos con los
números en rojo, advierten que los efectos negativos del atraso cambiario más
que compensan los efectos positivos de la reciente suba de los precios FOB de
la carne que se vende a China y de la quita de retenciones a las exportaciones
de carne de vaca.
El feedlot, pese al aumento
del precio del ganado gordo, sigue perdiendo cerca de $ 100 mil por ciclo y
están vaciando los corrales, pero muy lentamente.
La oferta de novillitos y vaquillonas
provenientes del corral sigue siendo muy alta, previéndose que empiece a mermar
a partir de febrero-marzo.
Producción
El año 2024 cerraría con una producción
de carne vacuna del orden de los 3,14 millones de toneladas, un 4,4% menos que
el año anterior.
De ese volumen, un 30% (930 mil
toneladas) se destinarían a la exportación, y el 70% restante (2,20 millones de
toneladas) irían al consumo interno, determinando una ingesta del orden de los
45,5 kg per cápita, el registro más alto del mundo junto al de Uruguay, país
donde el consumo este año alcanzaría los 47 kg per cápita.
La ganadería argentina es la única,
entre los grandes productores o exportadores, que no ha incrementado en los
últimos años el peso medio por animal faenado, que este año sería de solo 228
kg por cabeza, bien por debajo de Brasil o de Uruguay, países donde los
animales rinden en promedio los 260 kg carcasa.
Con una faena de equilibrio, para
el stock que tenemos (50 millones de cabezas), que podría ser
de unas 13,1 millones de cabezas, y un rendimiento elevado a los 260 kg por
res, la producción de carne vacuna podría incrementarse (ceteris paribus)
en unas 400 mil toneladas con respecto a los niveles actuales.
Los recursos forrajeros están. En
Estados Unidos, Australia, Brasil y Uruguay la mejora en el peso medio por
animal faenado se sostiene año a año, mientras que acá la suba acumulada en la
última década es de sólo unos 6 kg por animal.
En los últimos 34 años, el peso medio de
faena más bajo se dio en 1995, con 209 kg, y el máximo en 2022, con 232 kg
carcasa. En los Estados Unidos, donde “los bifes ya no caben en el plato”, cada
novillo rinde hoy unos 440 kilos carcasa, contra 280-290 kg en nuestro país.
En los últimos 20 años se da en la
Argentina una sensible mejora en la productividad de la cría, que ha permitido
que se desteten 15 millones de terneros con dos millones de vientres menos que
hace dos décadas.
Modestas mejoras en la productividad de
la cría –tendencia que ya está en marcha– y modestos –pero constantes– aumentos
en el peso medio de faena, pueden combinarse perfectamente en los próximos años
para determinar una producción de carne de equilibrio de 3,2–3,4 millones de
toneladas anuales.
La difusión que está tomando la recría
–como un eslabón especializado de la cadena de engorde– puede llevar a que en
un futuro próximo se terminen animales más pesados; hay todavía 3,5 millones de
novillitos y terneros que potencialmente podrían convertirse en novillos.