
04Abr
Para pensar
04/04/2025 - Julián Ignacio Muntane
¿Estamos creciendo o nos estamos hundiendo?
El 2025 aconteció superando al mejor año de macri, al prepandémico, y al 2024, impulsado por la agricultura, minería, comercio, bancos, enseñanza y servicios.
En primer lugar, tenemos que la economía
argentina creció 6,5% en enero 2025 cuando la comparamos con su igual mes en el
2024. Empero, también está en un nivel 0,7% mayor respecto a enero 2023 y 1,8%
respecto a enero 2022. Incluso, si comparamos con los años pre pandemia, la
actividad ascendió un 8,8% respecto al 2019 y 7,1% respecto al 2017.
Por lo tanto, ya estamos transitando un sendero
de crecimiento y recuperación, con datos empíricos y precisos que lo respaldan.
Si comparamos enero 2025 con enero 2024, la actividad agrícola y ganadera
creció 0,8%, minería y petróleo 8,3%, industria manufactura 6,0%, construcción
1,9%, comercio 11,3%, bancos (intermediación financiera) 25,7%, y servicios
6,6%.
Esto presagia una mayor demanda de dinero en todos los sectores de la economía, y esto explica por qué los tipos de interés están tan altos y el dólar sin fuerza para subir de precio.
La economía del 2025 crece más por factores endógenos que exógenos.
En al menos 1 siglo y medio de economía argentina, nos acostumbramos a crecer más por causas exógenas que endógenas. Durante el modelo agroexportador , crecíamos gracias a la inserción al mundo y a la venta de commodities, pero esto traía consigo un germen fatal que era la dependencia de los precios internacionales de commodities y de las inversiones extranjeras.
Luego de la vuelta de los gobiernos conservadores y las primeras dos presidencias peronistas, intentamos vivir con lo nuestro, pero todo culminó en una caída brutal de las reservas internacionales del Banco Central debido a una gran demanda de las importaciones causada por la industrialización y la sequía que hacía caer el volumen exportado. Esto hizo que el gobierno peronista acudiera al Exim Bank, demandando dólares del exterior.
Luego de la ‘revolución libertadora’, en Argentina comienza una serie de alternancia entre golpes de estado y democracias, de las cuales, planes económicos como el ‘Krieger-Vasena’, terapias de shock como ‘El Rodrigazo’ (ambos basados en devaluaciones), o el endeudamiento durante el período 1976-1982 hizo que siguiéramos dependiendo de factores exógenos para crecer.
El gobierno de Alfonsín culminó en la hiperinflación justamente por el cese del financiamiento externo y el gobierno menemista se pudo sostener gracias a las privatizaciones; de nuevo, la dependencia de lo externo.
En el siglo XXI, el Kirchnerismo pudo abarcar un período de crecimiento gracias al precio internacional de los commodities como la soja, trigo y maíz; el macrismo se sostuvo por la confianza internacional y el préstamo al FMI.
Pero cuando cae el gobierno del Pro y le sucede Alberto Fernández; el gobierno justicialista no pudo sostenerse y ganar una reelección justamente por la carencia de asistencia externa.
El gran viraje en el tipo de política fiscal y monetaria vino con el gobierno que asumió en diciembre del 2023. La fuerte disciplina fiscal basada en la no emisión de pesos, el sostenimiento del superávit fiscal, los criterios de eficiencia y efectividad, hizo que Argentina comenzara a recuperarse a partir de mediados del 2024 y a crecer ya en enero 2025 pero por factores endógenos, como ‘mirar puertas adentros de la empresa’, bajar costos, ser productivo y eficiente, y utilizar los ahorros para la inversión (por eso es que en la cuenta de activos externos, vemos un arribo de dólares desde el exterior hacia la economía local).
No obstante, también cabe destacar que el poder de compra de la población se redujo debido a la desregulación tarifaria, y la corrección de otros precios relativos. Por lo tanto, nadie niega que hubo un sacrificio por parte de los agentes privados que es menester destacar, así como también, destacar la reducción del gasto público, repartiendo parte de ese esfuerzo al sector público.
Sin embargo, aún no hemos superado el techo del EMAE en 153 (de nov 2017), por lo que el sendero de crecimiento sostenido llevará tiempo aún.